(Domingo 6 de enero - 22.91 km) Este era el último día completo de Estados Unidos y de Nueva York, así que después de desayunar en el hotel (bastante bien para ser un desayuno incluido en un hotel en pleno Manhattan) y discutir un rato por sobre cuál subte tomar, viajamos en el 2 hasta Atlantic Avenue Barclays Center Station, para entrar al Brooklyn Flea Winter, que es el mercado de pulgas de Brooklyn, que en verano lo hacen cerca de Dumbo, pero en invierno lo arman bajo techo, afortunadamente.
Esperábamos algo más amplio, con más negocios, o sea, no tiene nada que ver ni con el Portobello de Londres, ni el mercado de San Telmo, ni mucho menos con el Rastro de Madrid, pero no deja de tener su encanto. Eso sí, nada barato comer ahí, una media pinta de cerveza me la clavaron con 8 dólares. Aunque en el bao de cerdo estaba exquisito.
Eso sí, para esta gente las empanadas salteñas son bolivianas y además son redondas como una bola de bochas...
Pero nuestro recorrido gastronómico por Brooklyn apenas empezaba, de ahí caminamos hasta la avenida Dekalb, para pedir un sanguche de pastrami en A Taste of Katz's, sin lugar a dudas, y como nos había dicho nuestro amigo Leo, el mejor sanguche de todo el puto mundo. Uno no es el mismo después de comer uno de esos sanguches, como le dije al flaco que me lo armó, si no fuera porque me lo tenía que comer, podría haberme divorciado para casarme con ese sanguche.
De ahí, apenas una cuadra hasta Junior´s, donde nos agasajamos con su famosa cheesecake de postre.
Pero había que bajar todo eso, así que desde ahí caminamos hasta el mismo puente de Brooklyn, y luego por el parque del puente, pasando por el carrusel de Jane y recorriendo las calles de Dumbo.
Pensamos en cruzar caminando el puente, pero la verdad, estaba fresco, ya lo habíamos hecho en otros viajes y los kilómetros recorridos ya estaban haciendo mella en nuestro estado, así que buscamos un subte y viajamos hasta la Grand Street de Manhattan.
Caminamos por esas callecitas que se mezclan el Chinatown y Little Italy casi sin solución de continuidad, pasamos por el parque Columbus, donde multitud de chinos se enfrascan en intrincadas partidas de go, con un público mucho más masivo del que uno podría esperar (estoy seguro que apuestan plata ahí), después hasta el Confucius Plaza.
Seguimos camino por la Union Square y luego hasta la Madison Square, para chequear que estuviera en su lugar el Flatiron.
En la Madison probamos las hamburguesas de Shake Shack, que definitivamente son muy ricas, con el picante justo, el único problema es que las mesas estaban en el medio del parque, y la noche comenzaba a estar realmente fría. O sea, había que volver al hotel.
Pero antes de llegar, nos encontramos con un local de Five Guys, otra de las hamburguesas típicas de Estados Unidos, y que no habíamos probado, así que pedimos una para llevar. Meh… No están mal, pero son mejores las de Shake Shack.
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